Un arco iris de sabor

El pasado 5 de octubre se llevó a cabo un taller conversatorio de inclusión denominado “Cocinando Ideas” y el cual se desarrolló en el restaurante Rey Guerrero. Estudiantes de Comunicación Social y Periodismo de la Fundación Universitaria Los Libertadores tuvieron la oportunidad de asistir gracias a la invitación de la Secretaría Distrital de Cultura y su Subsecretaría de Cultura Ciudadana y Gestión del Conocimiento.

Por Cristian Alexis Márquez Amaya.

Toda la semana había estado esperando el día, era una actividad diferente y que rompía con la monótona rutina de asistir a la universidad a sentarse al frente de un tablero a escuchar un profesor, además en la citación decía que Iba a ver comida, factor que para mí, la hacía más especial aún.

La cita de la que hablo tuvo lugar en el restaurante Rey Guerrero, ubicado al norte de la ciudad de Bogotá, allí coincidimos muchos tipos de personalidades diferentes, había negros, blancos, hombres y mujeres de diferentes clases sociales, de diferentes ideologías y pensamientos, mujeres trans, estudiantes, maestros y muchos tipos diferentes de personalidades. en el lugar de podía respirar un ambiente muy tranquilo y alegre, como si se tratara de la vieja casa de la abuela en la que la familia suele reunirse cada fin de año, decorada por unos cuadros al óleo muy colombianos, que develaban y ponían en un primer plano la importancia de las negritudes en Colombia. los colores vivos que decoraban el restaurante, y la iluminación, le daban a este lugar, un aire de misterio, pero de un misterio bueno, cálido, como de que algo bueno estaba por suceder allí.

El evento inicio con un pequeño discurso a modo de introducción y de explicación por parte de Rey Guerrero, el anfitrión y dueño del lugar nos dio el contexto acerca de la actividad que se Iba a desarrollar nos explicó un poco de la historia suya y del restaurante, y nos dio luz verde para comenzar. se designó a unas personas escogidas previamente para dirigir la actividad de cada uno de los grupos, en el caso de mi grupo se trató de 2 antropólogos, Álvaro y Clarisa, que de manera muy docta y preciosa dirigieron la actividad. Iniciamos con unas preguntas muy precisas, acerca de la cocina, si nos identificábamos con la cocina si tenía que ver con nuestras personalidades o no, mi grupo estaba conformado por 2 negros, uno se llamaba Plinio el otro se llamaba José, estaba Ema que era una mujer trans, Paula mi compañera de la universidad y yo. Cada uno expreso su punto de vista y su sentir con respecto a la pregunta y argumento su respuesta, y  todos aunque diferentes en gran medida coincidíamos en alguna parte del pensamiento de frente a esta respuesta, Plinio dijo estar relacionado por qué le interesaba emprender en este sector, José expreso sentir un gusto por cocinar nato y heredado por sus ancestros, Ema por el contrario dijo no sentir gusto por el ejercicio de cocinar, pero que lo disfrutaba al hacerlo en pareja, Paula por otro lado dijo que desde pequeña, también había cocinado, para su familia, y todos concluimos en qué tanto hombres como mujeres deberían de ejercer este oficio en sus hogares por igual.

La segunda parte del ejercicio consistió en cocinar todos juntos, se nos entregaron delantales, y  los diferentes ingredientes para preparar un ceviche muy colombiano, cada uno tubo a su disposición diferentes alimentos, salsas y aliños para prepararlo, con el fin de que cada quien lo hiciera de la manera correcta pero con su toque especial, de esta manera todos procedimos a prepararlo, cada uno hizo un plato igual pero con diferente sabor, lo que tal vez representaba un poco la situación de todos en ese momento, diferentes personalidades costumbres y gustos, pero todos humanos al fin de cuentas. Mis compañeros dijeron que mi emplatada había sido la mejor, gesto que me hace sentir orgulloso, luego de que cada uno de los platos estuvo listo, todos procedimos a comer un poco de cada uno de los del resto, con el fin de compartir y de hacer de este evento un extraordinario acto de inclusión.

El verdadero plato fuerte vino después con la tercera actividad, cuando en medio de risas y bocados nos empezamos a conocer más unos a otros por medio de las preguntas  que iban generando los líderes del grupo, una de las más importantes fue si en algún momento de nuestras vidas nos habíamos sentido discriminados y por qué,  Plinio hablo de como a su hija en el colegio por ser una niña de color negro los compañeros le ponían apodos, la excluían y tachaban de sucia, también hablo de como a él mismo muchas veces no lo atendían en las tiendas, de cómo la gente se cruzaba de calle solo para no estar de frente a él por ser de negro, de cómo casi se había tenido que enfrentar a golpes con un sujeto racista en un bar. Por otro lado, Ema, la chica trans, hablaba de lo mal que se había sentido al ver cómo la gente la miraba como un bicho raro, cómo había tenido que soportar todo tipo de palabras obscenas y denigrantes en contra de su ser, de que había tenderos que no le tocaban la mano ni para darle el cambio de su dinero, y como ha tenido de aguantar muchos actos discriminatorios,

Paula, mi compañera de universidad hablaba de como las mujeres también son menospreciadas por los hombres al verlas trabajar en un oficio considerado por la sociedad, que debería ser solo para hombres… yo hablé un poco del clasismo y de la estigmatización que aún se tiene para mi localidad que es ciudad Bolívar…

Entre estas expresiones y puntos de vista termino la actividad, luego de que cada representante de grupo hiciera un llamado a la reflexión acerca de cómo afrontar la gran  brecha  que todavía nos separa a unos de otros ya sea por nuestro color de piel, por nuestra identidad de género o por nuestro estrato social, la conclusión del evento fue que cada día deberíamos ser un país más unido, con menos limitantes para poder respetarnos y aceptarnos sabiendo que todos somos iguales, y que valemos solo por el simple echo de ser humanos y de estar vivos, el evento fue un llamado a la igualdad, a romper y acabar de una vez por todas con el racismo imperante que aún abunda en nuestra tierra, con el clasismo y con otros factores que nos dividen a los unos de los otros, A sabernos que cada ser humano es lo suficientemente valioso, fue un llamado a la muerte del ego y de las ideas vanas que en ocasiones nos hacen sentir más que los demás, y que nos dejan ser libres completamente.

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