Por. Nicolás Peña Jiménez
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La lectura es una actividad marra dentro la sociedad, pues desde el epíteto del ignorante hasta el del erudito (según lo que dicta el contrato social) se hace pleno ejercicio de ella. Desde la más simplista lectura y divulgación de una revista de farándula hasta la más portentosa crítica derivada de la teoría Marxista posee un carácter lineal cuyas nociones se extienden y reproducen a través del lenguaje, dependiendo del conocimiento subjetivo de quien las pregona. No es lo mismo la interpretación hecha por un sujeto, cuyo contexto sociodemográfico se sitúa en oriente que la de un sujeto diametralmente opuesto situado en occidente. Esto, a que cada sujeto interpretará la idea del texto u objeto de lectura de acuerdo a su ideología dominante.