Por. Redacción Metrópoli
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En un escenario colorido y amenizado por ritmos navideños, los estudiantes del Colegio Francisco Javier Martínez, de la localidad de San Cristóbal, culminaron el ciclo pedagógico para abordar conflictos de manera pacífica e iniciaron la promoción de convivencia a través del arte expresado entre trazos y aerosol.
El proceso que fue orientado por el equipo de Prevención del Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, se desarrolló durante varios meses y le brindó a los estudiantes, la oportunidad de explorar y regular las emociones, además, de abordar los conflictos de manera pacífica y prevenir las violencias, sumergiéndose en el mundo del arte urbano y fortaleciendo su sentido de pertenencia a la institución educativa.
"La verdad es que he notado cambios en mis compañeros. Antes, solíamos ser groseros con los profesores, y había mucho bullying entre nosotros. Gracias a lo que hemos aprendido en los talleres de convivencia, hemos mejorado nuestra forma de tratarnos mutuamente", expresó una de las estudiantes quien participó en la iniciativa.
Metrópoli On Line tuvo la oportunidad de conocer las experiencias y aprendizajes, a través de Sander Prieto, líder del proceso y enlace territorial del Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana de la Secretaría de Seguridad, Convivencia y Justicia.
MOL: ¿Cómo fue el proceso para abordar el tema de riñas y conflictos con los jóvenes?
Sander Prieto: Nosotros como equipo Código de Convivencia, de la mano con la ECo (Escuela para la Convivencia) creamos una metodología para poder intervenir el colegio y hacer una mitigación de riñas de una manera diferente, que no fuera la misma cátedra, para llegar a los chicos y que de pronto, no nos colocaran atención, o que fueran más dispersos. Sino, apostándole a un tema más práctico en donde fuera algo más dinámico y que ellos se sintieran cómodos a la hora de hablar de convivencia y por eso le apostamos a una metodología enfocada al arte urbano.
MOL: ¿Cómo ayudó el arte urbano a mejorar las relaciones y la convivencia en las aulas de clase?
SP: Nosotros generamos una propuesta de 3 a 4 sesiones, pero cuando vimos la receptividad tan chévere por parte de los chicos, la extendimos a 9 sesiones de formación, donde todo era transversalizado con el tema de convivencia. ¿Cómo desde este arte, arte urbano y más específicamente desde el grafiti podía ser esa otra alternativa para resolver las riñas? (...) También, desde la música, tuvimos una sesión que se llamó "Más rimas, menos riñas", ¿Cómo también desde este lenguaje de los versos, sinónimos, seudónimos, podíamos mitigar la riña?, cómo desde una sana competencia, proponiendo la mejor letra, y desde allí podíamos hacer un espacio alterno para que ellos se pudieran expresar y dejaran de lado esa presión de los problemas que tuvieran en sus casas, de problemas que tenían también entre ellos porque se nos notificó que habían ciertos conflictos entre algunos estudiantes, pero con este ejercicio se pudo mitigar en gran parte el tema de riñas allí en el salón.
MOL: ¿Qué cambios se pudieron identificar durante el proceso?
SP: Bueno, en realidad bastantes. Cuando nosotros llegamos era un salón que la verdad, muchos chicos estaban 'en otro cuento', por llamarlo así, llegaban prácticamente a almorzar al salón. Muchos chicos que al comienzo eran pegados al celular, luego se empiezan a interesar y a decir "Profe' yo quiero pintar", "Yo quiero hacer la letra, dígame cómo lo hago". Y empiezan a hablar, cuando recién llegamos algunos eran muy callados, y no eran receptivos con el ejercicio, pero ya cuando se dieron cuenta que esto era dinámico, que cambiamos el aula por los muros, por el espacio público, por el patio; que cambiamos los cuadernos por las latas, por el aerosol, por el esténcil. Haciendo este tipo de ejercicios se ve un cambio notable en el comportamiento y la actitud de ellos.
MOL: ¿Cómo fue el proceso de selección de los dibujos o elementos del mural?
SP: En las dos últimas sesiones con los chicos, les planteamos generar unos bocetos donde todo estuviera relacionado con la convivencia, ya sea convivencia con el medio ambiente, con el deporte, con el otro en el salón de clases, con la familia, también hablamos del tema de género. Entonces, digamos que allí los chicos plantean un listado de propuestas de lo que les gustaría generar en el muro porque también es un trabajo de articulación con los artistas que se convocaron. Nosotros trabajamos con la Mesa local de grafiti de Bosa, la Mesa local de grafiti de la localidad de San Cristóbal y con artistas que se quisieron sumar a la actividad y artistas de la Fundación de Trípido. Los artistas son libres si van a hacer letras o van a hacer un dibujo (Carácter), pero siempre relacionados con el tema de convivencia. Entonces, en los muros podemos ver temas como Sororidad, medio ambiente, género, con los animales, convivencia en el barrio, tradiciones, con otras personas. Y los artistas se sumaron a las ideas que plantearon los chicos.
MOL: ¿Hay opiniones de la comunidad educativa respecto a los murales y toda la dinámica realizada?
SP: El colegio estaba muy estigmatizado por las riñas que se tenían allí. Cuando nosotros llegamos este muro ya había sido intervenido sin ningún permiso, con dibujos que no eran agradables a la vista, pero ya cuando ven que el colegio también hace este ejercicio y hacemos la articulación, el colegio nos abre las puertas para intervenir tanto la parte interna como externa. La comunidad cuando vio la intervención se acercó, toda la felicitación era para los artistas, si bien las directivas siempre estaban presentes, el agradecimiento siempre era para el artista, quien estaba plasmando su arte allí, Muy buenos comentarios, muchos vecinos se acercaron a decir "Qué chévere", qué chévere que esos ejercicios se pudieran hacer más seguido, qué chévere ver a los estudiantes pintando de la mano con el artista, que no fuera solamente pintar por pintar sino que se generara esa articulación entre el estudiante, la institución, nosotros como Secretaria de Convivencia y los artistas del grafiti.
Los murales, producto de un trabajo entre artistas y estudiantes, se convierten en un elemento visual que convoca a vecinos y transeúntes a sumarse a la propuesta para construir una comunidad segura, unida y con capacidad de resolver pacíficamente sus diferencias.