El próximo 2 de noviembre llega a las salas de cine del país la película 'El otro hijo', del director colombiano, Juan Sebastián Quebrada quien se inspiró en una experiencia personal por la perdida inesperada de su hermano en un accidente, siendo un adolescente.
En esta historia, Simón y Federico están en plena adolescencia. Los amigos, los amores, las fiestas y planes futuros hacen parte de la vida hasta que, inesperadamente, Simón muere en una fiesta. Ante el dolor, la familia se quiebra, pero Federico intenta vivir con normalidad sus últimas semanas de colegio.
“Yo siento que una vez muere Simón, él se vuelve el hijo en mayúscula, se vuelve el todo para esta familia. A partir de ese momento, Federico pasa a un segundo plano, sobre todo su dolor, porque lo normal en estos casos es que el dolor de los padres, y en especial el de la madre, ocupe todo el espacio. En nuestro caso, de una u otra manera, fue similar: mi hermano, al morir, se volvió el hijo completo, absoluto, y mis hermanos y yo nos volvimos ‘los otros hijos’”, comenta el realizador.
El otro hijo es un tránsito por el dolor, un tránsito familiar, pero también personal. Clara, la madre de los jóvenes, siente rabia y se desquita con todo aquel que esté cerca, mientras que Alberto, el padre, opta por buscar explicaciones, culpables y entender por qué nadie pudo cuidar a su hijo durante los últimos momentos de su vida.
El otro hijo no romantiza el dolor. El espectador, como si fuera un integrante más de la familia, vive cada uno de los estados que hay en el duelo, que no es lineal ni hay una forma correcta de vivirlo o sentirlo. Como en la vida misma, los personajes van de un sentimiento al otro y no hay ni buenos, ni malos. Para Quebrada, esta fue una decisión importante porque apostó por el punto medio para exhibir esta realidad desde varias perspectivas y desde el contraste.
“Pude contar con el trabajo y el compromiso de unos actores extraordinarios quienes lograron contar esta historia sin clichés, sin sentimentalismo. Siento que, en Colombia, mucha gente le tiene cierto temor a las emociones, a la mala actuación de las emociones, que asociamos de inmediato a la televisión. En este caso, siendo una historia tan personal, algo que yo viví en carne propia, podía dar una mirada auténtica, personal, de la situación. Me importaba mucho que los espectadores pudieran identificarse, y sobre todo conmoverse con los personajes y vivir con ellos esta historia. Para lograrlo, era absolutamente necesario entrar en las emociones sin temor y sin filtros”.
El filme tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián en el pasado mes de septiembre e hizo parte de la competencia oficial del Festival Internacional de Cine de Biarritz, y del Festival de Rio de Janeiro. Actualmente se encuentra compitiendo en el festival Alice en La Città, en Roma.
