Por. Metrópoli Online
Las diferentes violencias suelen dejar afectaciones que van más allá de la piel, en el caso de las violencias de género afectan la autoestima, la autonomía y la salud mental de las sobrevivientes, organizaciones como la Fundación Akari son una apuesta que brinda acompañamiento para prevenir y erradicar las violencias en la localidad once de Bogotá.
En el proceso de sanación y empoderamiento, la Fundación Akari presentó a la comunidad el programa 'Gente que crea arte que sana' con manualidades alrededor de la costura, el tejido y decoración de telas como aliados terapéuticos y oportunidad económica para las mujeres de Suba.
"Cuando las mujeres somos víctimas de alguna violencia pensamos que nuestra vida ya no funciona, que estamos desarmadas. Lo que hacemos con las mujeres es lo que hacemos con estas prendas, darnos una segunda oportunidad", comentó Alexandra Garzón, representante legal de la Fundación Akari.
La terapia es un conglomerado de pequeñas acciones que parecen cotidianas pero en conjunto resultan sanadoras: trabajar en comunidad, hablar y ser escuchada con empatía, aprender un arte u oficio que se puede comercializar en pro de una independencia económica; además, de generar espacios seguros para las mujeres.
"En Akari no borramos heridas, porque las heridas y las violencias no se borran, pero las transformamos. Le damos color, le damos un compartir, le damos confianza, que yo crea en mi compañera y sienta que no estoy sola en mi casa y en mi problema", explicó Garzón.
Conversación, Aguja e Hilo
Hacer manualidades en grupo es más que un pasatiempo; una práctica con profundos beneficios psicológicos:
Enfoque y Calma: Las manualidades requieren concentración en el detalle y en el ritmo repetitivo de las puntadas. Esto actúa como una forma de meditación activa, ayudando a silenciar el diálogo interno ansioso y a gestionar el estrés postraumático.
Recuperación de la Autoestima y el Control: Al crear una pieza, la mujer recupera la sensación de control. Ver un proyecto terminado genera una poderosa sensación de logro y competencia, reconstruyendo la autoimagen positiva.
Expresión No Verbal: Las palabras no alcanzan para describir el dolor. Los colores, las texturas y los patrones se convierten en un lenguaje alternativo para procesar emociones y experiencias traumáticas de manera segura y constructiva.
De esta manera, el programa liderado por la Fundación brinda herramientas para que las manos que una vez se sintieron indefensas sostengan la aguja que teje un futuro nuevo con resiliencia, dignidad y esperanza.