Por. Metrópoli Online
En lo que va corrido del año, a través de los registros en instituciones prestadoras de servicios de salud, se han registrando ante el Instituto Nacional de Salud -INS- un total de 66.621 casos de violencia de género, de los cuales, 50.374 (75,6%) son hacia mujeres.
Por otra parte, según ONU Mujeres, una de cada tres mujeres experimenta violencia a lo largo de su vida, especialmente en su juventud cuando una de cada cuatro es abusada por su pareja. La misma organización recoge que en 2023, al menos, 51.100 mujeres terminaron el ciclo de violencia de género siendo asesinadas por su pareja o un familiar.
Problemas estructurales relacionados con la desigualdad, la pobreza multidimensional, las barreras de acceso a la educación, el conflicto armado y las normas sociales tradicionales han puesto a las mujeres en situación de vulnerabilidad manifiesta y han reforzado estereotipos que normalizan la violencia. Sumado a factores diferenciales como la pertenencia étnica, edad, orientación sexual y de identidad de género, llegan a profundizar los riesgos de sufrir alguna de las manifestaciones de la violencia de género.
Además, en lo corrido del año 2024, 745 mujeres han sido asesinadas por el hecho de ser mujeres. De ahí la urgencia en trabajar en prevención de las violencias. Respecto a la prevención, la sicóloga de Coosalud Dennys Martínez Rodríguez, con estudios en intervención familiar y experiencia en mujeres víctimas de violencia de género y recuperación de abuso emocional con perfiles narcisista y psicopáticos, destaca que la educación es la principal herramienta que tiene la sociedad para enfrentar una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos.
“La base del desarrollo de la sociedad en general es la educación y es en el hogar donde se dan las bases de los seres humanos, por eso el ejemplo que damos a la generación más joven determina la manera en que esta piensa sobre el género, el respeto y los derechos humanos”, asegura la profesional.
“Es importante iniciar, a una edad muy temprana, conversaciones sobre los roles de género y a cuestionar los rasgos y las características tradicionales asignadas a hombres y mujeres; a señalar los estereotipos a los que niñas y niños se enfrentan diariamente, ya sea en los medios de comunicación, en la calle o en la escuela, y hacerles saber que no hay nada malo en ser diferentes. También es importante fomentar una cultura de aceptación”, agrega la doctora Martínez.
La profesional también destaca la importancia de que este no sea un tema de conversación exclusivamente con mujeres. “Es importante hablar con niños y niñas, de una manera apropiada para su edad, sobre el consentimiento, la autonomía física y la responsabilidad sobre nuestras acciones. Por ejemplo, explicar la importancia de un ‘sí’ claro por parte de todos los involucrados en una relación, entender que la decisión sobre nuestros cuerpos es individual y de cómo siempre debemos asumir la responsabilidad de nuestras acciones”.
Algo que también resulta importante entender es que las situaciones de violencia de género no es una problemática solo de las víctimas, “tienen también un carácter público y social, lo que quiere decir que existe la obligación y responsabilidad de todos de activar la ruta de atención ante cualquier acto de violencia llamando a la policía, que es el primer ente de reacción inmediata, y a la que siguen instituciones y entes garantes de derechos como las comisarías, fiscalías y centros de atención de salud que se encargan de activar la ruta que permita garantizar los derechos de la víctima y salvaguardar su integridad física y emocional”.
Luz sobre zonas grises
En muchas ocasiones, el maltrato a la mujer no es físico, pero sí psicológico, lo que lo hace más difícil de identificar tanto por quien lo ejerce, como por quien lo sufre, por lo que se requiere tomar conciencia y alejarse de estas dinámicas agresivas. Para esto la sicóloga aconseja sacar conclusiones respondiendo a preguntas básicas como:
¿Tu pareja controla el dinero que gastas y debes pedirle permiso para comprar algo, así sea para el hogar?, ¿Decide qué ropa debes lucir y a qué personas puedes frecuentar?, ¿Mantienes relaciones sexuales con él para evitar que se enfade?, ¿Revisa tu celular y redes sociales?, ¿Siempre desvirtúa tus logros personales?, ¿Te ha hecho creer que sin él tu vida estará vacía?... Y aún más importante, ¿Sientes miedo de expresar tu opinión o de ser tú misma?
Hacerse estas preguntas resulta fundamental pues, como lo explica desde su experiencia, en recuperación de abuso emocional con perfiles narcisista y psicopáticos, “estos hombres justifican los actos de violencia con todo tipo de estructura mental ya sea que se encuentren dentro de estos grupos de trastornos de la personalidad, o de otros comportamientos que tienen que ver con inmadurez, patrones estructurales de la infancia o estereotipos culturales”.
Según la doctora Dennys Martínez “a estos hombres les cuesta llegar a la conclusión de que nada justifica la violencia de género y tienen una respuesta básica: que ellos también son violentados y aunque sea así, esto no es una excusa y además el porcentaje en las estadísticas es desproporcional”.
Por otra parte, Carlos Castañeda Orjuela, director del Observatorio Nacional de Salud del INS, refiere que "las violencias basadas en género son un serio problema de salud pública y reflejan las profundas desigualdades existentes en nuestra sociedad. Su intervención pasa por la forma en que los medios de comunicación manejan la información respecto a este tipo de hechos, que no perpetúen los estereotipos machistas, ni revictimicen”.
Finalmente, los profesionales recomiendan a las mujeres contar con una red de apoyo en su familia, y a sus allegados no abandonarlas para que puedan regresar todas las veces que sea necesario, “esto en muchos casos puede preservar la vida de la víctima y evitar un desenlace fatal”.