Por. Metrópoli Online
En las grandes ciudades como Bogotá, donde el cemento, la polución y el ensordecedor ruido tienden opacar el verde de sus parques, las oportunidades para disfrutar de la naturaleza parece ser un opción distante y remota. Sin embargo, propuestas como los terrarios llegan para disfrutar de una Mini Selva en la capital.
Es una tendencia de jardinería interior con pequeños ecosistemas encapsulados y decorados que ofrecen una alternativa de decoración, una propuesta de bienestar mental y una oportunidad de conexión constante con la naturaleza, con pocos conocimientos y sin demandar cuidados.
"Nacemos por la necesidad de las personas de contactarse con la naturaleza. Sabemos que hay muchas personas que viven en un apartamento, les gusta mucho las plantas pero se les mueren hasta las plantas de plástico. Entonces, el terrario es la solución perfecta porque es un espacio muy controlado donde el agua se mantiene en un ciclo perfecto que no requiere mantenimiento entre seis y ocho meses", explica Camilo Ruiz, propietario de La Mini Selva.
La Mini Selva es una iniciativa que más allá de comercializar terrarios, propone talleres de exploración, aprendizaje y conexión con la naturaleza. En encuentros que no requieren conocimientos previos, ni herramientas e inician con actividades de relajación, meditación y trabajo colaborativo para que cada persona realice su propio terrario.
Para Camilo, la importancia de los terrarios o la Mini Selva radica en esa oportunidad de desconexión de lo cotidiano y esa relación con la naturaleza y comenta que "vemos que hay gente muy estresada, que busca un escape y los terrarios son la respuesta perfecta porque cada vez que se destapa un terrario permite transportarse a la montaña, recordar el olor de la lluvia y eso permite meditar, descansar y relajar". Además, añade Ruiz, "más que un objeto decorativo, es una oportunidad para desconectarse de la realidad, conectarse con las planta y la tierra, además de pasar un buen momento".
Otras de las ventajas de los terrarios es el ahorro de espacio, por su tamaño y facilidad de cuidados pueden ubicarse en un escritorio, una repisa o una mesa de noche; debido a su particular ciclo de agua autosuficiente, minimiza la necesidad de riego y aunque requieren luz, no necesitan exposición directa.
La Mini Selva ofrece constantes talleres que podrán conocer a través de sus redes sociales. Para conocer más del tema invitamos a ver la nota dando click aquí.