Por. Nadia Patricia Suárez V.
@SuarezNPatricia
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estableció en el 2002, el 12 de junio, como Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, fecha para sensibilizar frente a esta problemática y aunar esfuerzos para su erradicación.
Según la OIT, pesé a dedicar dos décadas a trabajos y esfuerzos para eliminar el trabajo infantil, en 2020 como consecuencia de la pandemia y el impacto económico de ésta en las familias, muchos niños debieron recurrir a una actividad que les representara ingresos, por ende, la Organización estima que en el mundo hay 160 millones de niños trabajando, es decir, un niño de cada 10.
“El desarrollo de un menor es integral cuando se da en las diversas dimensiones de la persona (intelectual, afectiva, deportiva, social, cultural). El desarrollo de un menor es armónico cuando no se privilegia desproporcionadamente alguno de los diferentes aspectos de la formación del menor, ni cuando se excluye o minimiza en exceso alguno de ellos”, señala la Corte Constitucional.
Por su parte, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) ha dicho que “el trabajo infantil es una violación a los derechos de los niños, niñas y adolescentes, pues afecta su proceso de desarrollo y genera condiciones que vulneran el goce efectivo de sus derechos”, dado que priva a los niños de la educación, la recreación, limita las oportunidades y aumenta las probabilidades de no acceder a un trabajo digno en la edad adulta.
¿Cuándo se considera trabajo infantil?
Según la legislación vigente se considera trabajo infantil, cuando se ejerce por una persona menor de 18 años; cuando tiene entre 15 y 18 años y realiza actividades catalogadas como nocivas o peligrosas; o cuando realiza actividades relacionadas con el hogar que superan las 15 horas semanales.
Las causas que dan origen al Trabajo Infantil son los bajos ingresos familiares y creencias culturales como suponer que se madura gracias al trabajo o que las niñas deben cuidar de sus hermanos menores y apoyar las tareas del hogar. En el caso colombiano, el más reciente informe del Departamento Nacional de Estadística -DANE-, para el trimestre octubre - diciembre 2022 reporta 369 mil personas trabajando, entre los 5 y los 17 años. De los cuales, el 55.6% residen en centros poblados y rural disperso (206 milpersona), y el 44.4% en cabeceras (164 mil).
Según la Red Colombia contra el trabajo infantil, conformada por 41 empresas y 23 aliados estratégicos que protegen los derechos de niños, niñas y adolescentes -NNA-; a pesar de los importantes avances en erradicación del trabajo infantil, las cifras siuen siendo alarmantes, por lo tanto, una de las metas propuestas dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para alcanzar el crecimiento económico sostenido e inclusivo es “Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas modernas de esclavitud y la trata de seres humanos y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, a más tardar en 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas”.
Finalmente, a partir de su experiencia, la OIT considera que el trabajo infantil puede eliminarse si se abordan sus causas profundas. Las medidas incluyen el establecimiento y la aplicación de un marco jurídico sólido basado en las Normas Internacionales del Trabajo y el diálogo social, la provisión de acceso universal a una educación de buena calidad y a la protección social, así como medidas directas para aliviar la pobreza, la desigualdad y la inseguridad económica, y promover el trabajo decente para los trabajadores adultos. Mientras tanto, la erradicación del Trabajo Infantil sigue siendo una tarea pendiente que involucra sociedad civil, empresas, gobierno y organismos internacionales para lograr la meta de ningún niño trabajando en el año 2025.