Más de 3.000 estudiantes de 40 colegios públicos en 14 localidades de Bogotá se han beneficiado con el programa de acompañamiento en Huertas Escolares y Agricultura Urbana que la Secretaría de Educación del Distrito realiza en alianza con el Jardín Botánico.
Este programa hace parte del Proyecto Ambiental Escolar (PRAE) y de Servicio Social Ambiental que promueve espacios de exploración permanente en los que se desarrollen habilidades como la observación, la curiosidad, el autocuidado, la empatía, el trabajo en equipo y la conciencia ambiental en los niños, niñas y jóvenes de la ciudad.
“Este proyecto hace parte fundamental de los objetivos trazados por la alcaldesa Claudia López en el Plan de Desarrollo Distrital ‘Un nuevo contrato social y ambiental para el siglo XXI’ y ha permitido convertir los colegios en verdaderas aulas ambientales. Las Huertas Escolares han sido esenciales en este propósito de fortalecer las estrategias ambientales que esperamos implementar en todos nuestros colegios oficiales”, señaló la profe Edna Bonilla, secretaria de Educación del Distrito.
“Nace una semilla, crece la esperanza”. Así definió las huertas escolares la docente María Eugenia León Diaz del Colegio Unión Colombia. En su concepto, “a través de prácticas cotidianas en la destinación final de los residuos, las actitudes de cuidado, la preservación y aprovechamiento de los recursos, se genera un impacto positivo en los hogares donde los niños y niñas contribuyen con prácticas responsables como la separación en la fuente y acciones encaminadas a la agricultura urbana”.
A través del Jardín Botánico de Bogotá se realiza el acompañamiento pedagógico y técnico por medio de talleres de agricultura urbana, capacitaciones, asesorías técnicas, las cuales se fortalecen con la entrega de algunos insumos (tierra, plántulas, kit de jardinería) y herramientas que permitan a los estudiantes adelantar las labores que exigen las huertas.
Danna Sofia Hurtado Colmenares, estudiante de 8 años, del Colegio Ramón de Zubiría, invitó a los niños a sembrar. “Ellos también pueden coger semillitas de las frutas o verduras de su casa. Las pueden sembrar en potecitos y ahí pueden experimentar. Ellos pueden tener sus propias plantas. Solo necesitan cuidarlas y ser responsables de ellas”.
“Nuestra institución está pensada desde su infraestructura a ser ecosostenible. Las huertas escolares horizontales, la planta de tratamiento de aguas lluvias que permite que el agua se recircule, los paneles solares que alimentan el 30 por ciento de energía de la institución, apuntan a que el colegio tenga en su columna vertebral el manejo ambiental”, afirmó Pablo Prieto, coordinador del colegio Abel Rodríguez Céspedes, ubicado en la localidad de Engativá.
Es por esto que esta institución se convirtió en el espacio propicio para adelantar el encuentro de experiencias en Agricultura Urbana ‘La Huerta de mi Escuela: La Huerta de Todos’, donde estudiantes de más de 30 colegios del Distrito participaron y socializaron el impacto que ha tenido para ellos contar con una huerta escolar en su colegio. Estas actividades pedagógicas se realizarán durante todo este año para rescatar la cultura de la siembra, a través del encuentro diario con la naturaleza y del aprendizaje experiencial, como una oportunidad para que las niñas, niños y jóvenes se apropien de sus espacios escolares y del cuidado del medio ambiente.
Información suministrada por OP Alcaldía Mayor de Bogotá