Por. Metrópoli Online
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Dormir es un proceso vital que permite que cuerpo y mente se recuperen de las actividades del día y se regulen las sustancias químicas que regulan la vida emocional y funciones cognitivas.
“Aunque, a simple vista, parece que no hacemos nada mientras dormimos, la realidad es que el sueño es un proceso muy activo y dinámico. El cuerpo no se mueve, pero cada una de las células está realizando un gran trabajo para autorregularse y recuperarse del trabajo que realizan cuando estamos despiertos”, comenta Amaury García Blanco, psiquiatra y médico hospitalario de la Clínica La Misericordia de Cartagena.
Explica el especialista que al dormir el cuerpo se repara y regenera sus tejidos y reconstruye huesos y músculos; se consolida la memoria y el aprendizaje, es decir, las cosas aprendidas durante el día se refuerzan durante el sueño.
Importancia del sueño
- Mejora la salud física: fortalecer el sistema inmunológico, reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad. También ayuda a controlar la presión arterial y el azúcar en la sangre.
- Mejora la salud mental: mejorar el estado de ánimo, la memoria, la concentración y la capacidad de aprendizaje. También reduce el riesgo de depresión, ansiedad y problemas de salud mental.
- Aumenta la productividad: Cuando dormimos bien, tenemos más energía y podemos ser más productivos en el trabajo o en la escuela.
Relación sueño / obesidad
Otro tema que resulta interesante sobre la falta de sueño es la evidencia científica que lo asocia con la obesidad y el sobrepeso. “La relación es bidireccional, es decir, el insomnio puede predisponer a padecer sobrepeso y obesidad, y la obesidad puede generar alteraciones del sueño, explica el psiquiatra Amaury García.
“La falta de sueño puede aumentar la producción de la hormona del hambre (grelina) y disminuir la producción de la hormona de la saciedad (leptina), provocando alteraciones comportamentales como ‘picar’ durante la noche, ingiriendo especialmente alimentos de alto contenido calórico”. A esto se suma que un paciente obeso puede tener complicaciones mecánicas en sus vías respiratorias que impiden un sueño reparador por despertares frecuentes durante la noche, lo que se conoce como apnea del sueño.
Por otro lado, explica el psiquiatra que “a largo plazo, el insomnio crónico se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2, patologías cardíacas y trastornos del estado de ánimo como la depresión y la ansiedad. Además, con un mal funcionamiento del sistema inmunológico, aumenta la predisposición a padecer infecciones y enfermedades como el cáncer”.
Higiene del sueño
- Establece un horario regular para dormir y despertarse, incluso los fines de semana.
- Crea un ambiente adecuado para dormir: oscuro, silencioso y fresco.
- Evita la cafeína y el alcohol antes de acostarte.
- Realiza ejercicio regularmente, pero no demasiado cerca de la hora de acostarse.
- Relájate antes de acostarte leyendo un libro, tomando un baño caliente o escuchando música tranquila.
- Evita el uso de pantallas (teléfonos, televisiones, etc.) una hora antes de acostarte.
- Si no puedes dormir después de 20 minutos, levántate de la cama y haz algo relajante hasta que te sientas cansado.
Finalmente, el doctor García recomienda consultar al médico ante problemas del sueño para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado, aclara que no todo paciente con insomnio o falta de sueño tiene una enfermedad, incluso se puede solucionar con la identificación de prácticas que promueven el mal dormir y trabajar en mejores hábitos.
Con información suministrada por OP Coosalud